Centenario Laurence Olivier: Pasión por Shakespeare
24 de Mayo de 2007
Querido diario:
Lo que realmente deseaba Olivier era hacer Shakespeare en cine, así que decidió que, si iba a colocarse más delante de las cámaras, sería imponiendo sus propias condiciones y haciendo algo que realmente le interesara.
En 1944 compaginó su tarea de co-director del Old Vic Theatre con la dirección de su primera película sobre el plumilla británico. La elegida fue “Enrique V”, donde interpretaba el papel principal. El rodaje fue duro, en medio de la guerra, con escasos medios y teniéndose que ir a rodar a Irlanda debido a los constantes bombardeos sobre Londres. Pero “Enrique V”, a pesar de ser una muy personal visión de la obra original, resultó un gran éxito tanto para el público como para los críticos. Obtuvo dos nominaciones, al mejor actor para él mismo, y mejor película. Finalmente se le otorgó un Oscar especial (en aquel tiempo todavía no estaba instituido el premio al cine extranjero) por su trabajo como actor-director-productor.
Esta película resultó muy oportuna para levantar el ánimo de los soldados británicos, y le granjeó el respeto, el cariño y la admiración tanto de la crítica como del público en general. Pocos años después, en 1947, fue nombrado Sir.
En 1948 llegaría “Hamlet”, también con él como protagonista. Obtuvo el León de Oro de Venecia y el ansiado Oscar como mejor película y mejor actor (que curiosamente no recogió él por encontrarse ausente en al ceremonia. Douglas Fairbanks y Robert Montgomery fueron los encargados de subir al escenario). “Hamlet” se rodó en blanco y negro, lo cual extrañó a todo el mundo en su momento. Olivier alegó razones artísticas, pero años más tarde admitió que no había utilizado el color porque en aquellos años se encontraba en medio de una “furiosa disputa con Technicolor”.
Sin embargo, aunque la utilización del blanco y negro no fuera su verdadera y primera intención, su uso se funde completamente con el tono de la película, dándole un tono expresionista y claustrofóbico muy parecido al “Macbeth” de Orson Welles, que se estrenó ese mismo año. Olivier nos muestra un ambiente vacío, ambiguo en cuanto a la dirección artística y el vestuario. Se crea un entorno propio, cerrado, oscuro, cubierto de niebla, sin que apenas se vislumbre alguna relación con el mundo exterior. Quería centrar la acción en los personajes. Para aislar a Elsinore del mundo, el director decidió realizar numeroso cambios con respecto a la obra original, lo que conllevó feroces críticas de los más puristas estudiosos de la obra del escritor. La obra resultó muy psicológica, muy freudiana, lo que le dio el calor de la crítica, pero una más fría acogida por parte del público que su anterior “Enrique V”.
Durante los años 50 se dedica al teatro, a la dirección del Old Vic Theatre, y cierra su trilogía dedicada al maestro inglés.
Pero antes vuelve a unir fuerzas con William Wyler en “Carrie”, una de sus más impresionantes actuaciones. Como bien dijo Pauline Kael, “Siempre se ha dicho que fue Wyler quien enseñó a Olivier a actuar en el cine cuando rodaron “Cumbres borrascosas”, pero es en “Carrie” donde demostró lo mucho que había aprendido“.
Después llegaría “Ricardo III” (1954), con una puesta en escena que combinaba teatro y cine, y que no logró el éxito que sus dos predecesoras, pero que aún así le valió nuevamente una nominación al Oscar como mejor actor gracias a su gran interpretación del rey jorobado, ganando el Oso de Plata en Berlín así como el BAFTA por su interpretación. Hasta casi 40 años después, nadie se atrevió a llevar este personaje a la gran pantalla, cosa que no es de extrañar después de ver este video con Sir Laurence en pleno monólogo...
Una vez más volvería a unir sus fuerzas con las de Shakespeare, aunque dejando la dirección a Stuart Burge. Sería dando vida a Othello ( 1965 ). Su intención fue la de representar en la pantalla la fuerza e inmediatez de la obra en su formato original. Las técnicas cinematográficas ocupan un segundo plano en beneficio de la transparencia y de las interpretaciones en la escena, en un intento de encontrar un punto de equilibrio perfecto entre el cine y el teatro. Esta representación de Othello está considerada como una de las mejores adaptaciones de William Shakespeare jamás realizadas, y nuevamente fue nominado al Oscar como mejor actor principal (consiguió la nominación en este apartado con todas sus interpretaciones shakesperianas).