Ingmar Bergman fue un niño sicopático, como yo, porque creció también en un ambiente peculiar. Desde muy pequeño, vivió con pasión el mundo del teatro y, en especial, el guiñol y las marionetas. Él mismo se construyó un pequeño escenario con el que entretenía a sus hermanos y primos. Otro juguete llamó poderosamente su atención: una linterna mágica, es decir, un antiguo proyector de cine que su tía regaló a su hermano mayor y que Ingmar "secuestró". Por esa misma época, el pequeño Bergman, gracias un amigo de su abuela, conoció al encargado de las proyecciones de una de las salas de cine de Upsala, desde cuya cabina descubrió muchas grandes películas del cine. Era imposible que la enfermedad del cine no se le contagiara con una vida semejante y, cuando escribió su libro de memorias, lo llamó precisamente "Linterna mágica". Y Cuenta con detalles el cariño y confianza que él y sus dos hermanos sentían por su madre Karin, y con la familia de ésta, porque era muy abierta y estaba muy vinculada al mundo del teatro. También la distancia y el respeto riguroso hacia un padre frío y misterioso.
Sus tormentos infantiles están bien retratados por Bergman en varias películas, pero sobre todo en "Fanny y Alexander", que se llevó más de un Óscar el año 82, justo lo que tienen hoy los del Canal TCM, y sobre lo que va este aperitivo LQYTDiga.
En 1931, el padre de Bergman fue trasladado a Estocolmo, por lo que toda su familia se desplazó hasta la capital sueca. Allí Bergman terminó sus estudios secundarios y, ya en la Universidad, se matriculó en Literatura e Historia del Arte. Con varios amigos estudiantes, comenzó a montar diversas obras de teatro y a los pocos años todo el mundo reconocía su talento. No fue a la guerra por una úlcera estomacal y empezó a compaginar su labor de director de teatro con un nuevo trabajo de guionista para la productora sueca más importante, la Svensk Filmindustri. Su primer trabajo en el cine fue precisamente la adaptación de su novela "Tortura".
Es sueco y no se si tendrá algo que ver, porque sus películas me hacen sentir frío.