Querido diario:
Hoy hace 20 años que entró en mi fiambrera Cary Grant, el hombre que nunca se despeinaba. Nacido como Archibald Leach, este británico encarnó como nadie al galán seductor y con sentido del humor que dominaba la pantalla y que desfiló en más de 70 películas.
Para Billy Wilder: "El era bueno, muy bueno. No se le escapaba una. Nunca tuvo el premio de la Academia. Le dieron un Oscar honorario, pero es una idiotez, porque los actores que suelen hacer de protagonistas, para obtener un premio tienen que cojear o hacer de retrasados. Nunca ven al tipo que se esfuerza al máximo y consigue que parezca fácil. No les basta con que abra un cajón con elegancia, saque una corbata y se ponga una chaqueta. ¡Hay que sacar una pistola! Hay que sufrir. Esas son las normas por las que se rigen los 4.500 miembros de la Academia".
Además de hacernos reir en películas como "Arsénico por compasión" o "Historias de Filadelfia", también vimos su lado más oscuro, cínico e imperterreo de la mano de Hitchcock en "Encadenados" y "Sospecha".
Para algunos tenía la misma expresividad que una lavadora, mientras que para otros no se puede comprender el cine del siglo XX sin su presencia. Para muestra, los muchos que han seguido su estilo como Rock Hudson o George Clooney.
Murió hace 20 años pero su precio en la bolsa de valores necrófila se mantiene a tope.
Aquí hablamos sobre él
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